A partir de 1940, se revolucionó el mercado . Las marcas pasaron de ser una mera etiqueta en el producto, a tener una identidad de marca que combina factores físicos y emocionales. El producto se rodea de un aura que la diferencia con otros productos básicamente iguales. Son las características emotivas (creadas por el hombre) , no funcionales, las que determinan el valor de una marca. Ese "valor añadido" es el que permite a una empresa justificar un precio superior a la media en un producto determinado.
Pueden fabricar productos, pero lo que los consumidores compran, son marcas. Eso les induce a hacer un estudio psicológico y antropológico de lo que significan las marcas para la gente.
Este cambio de filosofía empresarial, trae consigo que poco a poco se apoderen de cualquier espacio libre donde las empresas pueden encontrar oxigeno para inflar sus marcas : edificos, plazas, autobuses... sin olvidar los medios de comunicación. Para mantener esa "aura" necesitan una publicidad invasora donde los especialistas en marketing siguen investigando un nuevo Raid para las "cucarachas" .
Detrás de las marcas hay una nueva especie de empresario que nos informa con orgullo que su producto es un estilo de vida, una actitud , un conjunto de valores.
La idea de vender el mensaje de coraje que trasmite una marca, encandila a los ejecutivos, ya que les ofrece oportunidades, en apariencia, ilimitadas consiguiendo inflar el valor sus empresas y sus productos. El famoso diseñador gráfico Tibor Kalman resume: " Antes se creía que la marca consistia en la calidad, pero ahora es un distintivo estilizado del coraje"
Las marcas no son más que un mero disfraz , creadas con cierto “arte”, con imágenes progresistas como Calvin Klein, cálidas como Ralph Lauren, innovador como absolut vozka o familiares como coca-cola. Una campaña publicitaria ingeniosa, puede ser altamente decisiva para que el consumidor pague un determinado precio por un producto.
Actualmente, la crisis y la caída del consumo, está poniendo contra las cuerdas a muchas de las grandes marcas y fabricantes. Los consumidores tenemos que avanzar, aún después de la crisis, para dejar de ser "cucarachas" expuestas al Raid de las marcas .